EL NEGOCIO DE LA SEQUÍA
Empresas de
camiones aljibe que se reparte $92 mil millones
En seis años el
Estado ha gastado más de $92 mil millones en arriendo de camiones aljibe para
llevar agua potable a 400 mil personas. CIPER pidió a la Onemi, intendencias y
gobernaciones la nómina de proveedores, montos pagados y litros por comuna en
las cinco regiones con mayor gasto en este ítem. El análisis de la información
arroja miles de millones sin respaldo, diferencias sustantivas de precios por
el mismo servicio, caos administrativo y proveedores favoritos. En Biobío un
solo empresario se ha beneficiado con más de $23 mil millones y en Petorca el
desorden impide saber la ejecución del gasto.
La prolongada crisis hídrica que azota al país desde hace varios
años –y que no es solo atribuible a la falta de lluvias (ver
reportaje de CIPER)– tiene una contracara: el pujante y lucrativo negocio del transporte
y distribución de agua potable. La información recogida por
CIPER en la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi) e intendencias y
gobernaciones regionales, indica que entre 2010 y agosto de 2016, el Estado ha
desembolsado más de $92
mil millones en el
arriendo de camiones aljibe. El objetivo: suministrar agua a más de 400 mil
habitantes de 175 comunas del país (ver gasto
por regiones).
De esos $92 mil millones para contratar camiones aljibe, un 25% ha
sido destinado a la Región
del Biobío, donde la falta de agua potable afecta a más de 40 mil habitantes
de 45 comunas. La indagación de CIPER detectó que en la nómina de proveedores
contratados por esa intendencia regional para transportar y distribuir agua
potable, solo figuran dos empresas en los últimos siete años.
Ambas empresas pertenecen al mismo dueño: un transportista e
importante dirigente gremial de la zona, quien se ha visto beneficiado con
contratos por más de $23
mil millones, la mayoría adjudicados por trato directo.
Esa realidad contrasta con lo que sucede en la vecina Región de La
Araucanía, donde la investigación de CIPER constató contratos con más de 220
proveedores de camiones aljibe en el mismo periodo. No es lo único llamativo de los datos
de la Región del Biobío. De la información entregada por la intendencia
regional, se desprende que en 2013 se invirtieron $3.533 millones en el arriendo de camiones aljibe para
abastecer a 45.341
personas. Al año siguiente (2014), el monto subió a $6.562 millones, pese a
queel suministro de agua potable solo llegó a 41.784
personas, 3.500 menos que el año anterior.
“No existe a la fecha ningún respaldo que acredite que ese número
de personas (las de 2013)realmente
existió”, contestaron por escrito desde la propia intendencia, tras ser
consultados sobre las bruscas variaciones en los datos oficiales que ellos
mismos entregaron a CIPER.
Diferencias sustantivas en los precios de arriendo de camiones
aljibe también se detectaron en laRegión del Maule, donde
se han firmado contratos con 37 proveedores en el periodo 2010-2016. La
comparación de los datos entregados a CIPER por las gobernaciones regionales
arroja millonarias diferencias en los montos que un proveedor puede cobrar por
el mismo servicio. En La
Araucanía, en tanto, se detectó la adjudicación de casi 1.500 contratos a
través de trato
directo, los que en total suman más de $4
mil millones.
Desorden administrativo, falta de controles y millonarios gastos
sin respaldo, es lo que se pudo constatar de la revisión y cruce de los miles
de datos entregados por la Onemi y por las intendencias y gobernaciones de las
cinco regiones del país que registran mayor gasto en arriendo de camiones
aljibe: Biobío, La Araucanía, El Maule, Coquimbo y Valparaíso.
Petorca, en la Región de Valparaíso, merece capítulo aparte. En la
última década, esa provincia, una de las más afectadas a nivel nacional por la
escasez hídrica (ver
reportaje de CIPER), se ha transformado en un emblema de la lucha
por la recuperación del agua. CIPER pidió a la gobernación provincial el
detalle del gasto en camiones aljibe de 2010 a 2016. Pero la información no está: la gobernación solo entregó, y
de manera incompleta, los datos de los años 2015 y 2016, denegando la petición
hecha por CIPER vía Ley de Transparencia para los años anteriores.
La información disponible a la que CIPER pudo acceder, también
refleja sustantivas diferencias de precios en lo que cobran los proveedores de
camiones aljibe en esa provincia. Los montos pueden llegar incluso a
triplicarse por la prestación del mismo servicio. Un proveedor, por ejemplo,
repartió en dos oportunidades casi la misma cantidad de agua en La Ligua,
cobrando $209
millones y $79 millones de un año a otro. Además, tres “proveedores
favoritos” se han adjudicado contratos con el gobierno regional por más de mil
millones de pesos cada uno.
La Onemi
es el órgano que debe tramitar los fondos de emergencia hídrica con la
Subsecretaría del Interior, y las intendencias (o gobernaciones, dependiendo
del caso) son las encargadas de ejecutar esos dineros. Por ello, el gasto
global en camiones aljibe reportado a nivel central (por la Onemi) y regional
(por intendencias y gobernaciones) debiese arrojar cifras equivalentes. CIPER
solicitó los datos por ambas vías y detectó que ello no siempre ocurre así.
Mientras en 2014, por ejemplo, la Onemi informó a CIPER un gasto total de $7.234 millones en arriendo de camiones aljibe para el
Biobío, la intendencia regional reportó una cifra casi mil millones inferior
para el mismo año: $6.395
millones.
Desde la Subsecretaría del Interior señalaron a CIPER que las
diferencias tienen una explicación: además del arriendo de camiones aljibe, la
Onemi incorpora en sus rendiciones gastos que no ejecutan las intendencias,
como la compra de estanques, mangueras y geomembranas. Indicaron que los montos
consignados por la Onemi “no tienen necesariamente que calzar con los de las intendencias”, que
solo reportan el gasto asociado a la contratación de los vehículos que
distribuyen agua potable.
Pero el oficio enviado por la Onemi a CIPER con los montos
invertidos en cada una de las regiones del país, señala claramente que las
cifras reportadas corresponden al “arriendo de camiones aljibe por déficit
hídrico”. No hay mención a otros gastos (ver
documento).
BIOBÍO: EL BARÓN DEL ALJIBE
Germán Faúndez Fuentes, empresario de la Región del
Biobío, sabe de éxitos económicos. Faúndez ha constituido sociedades dedicadas
a distintos rubros: inversiones, construcción de obras, proyectos de
ingeniería, asesorías y consultorías. Pero ninguna de esas actividades le ha traído
tanto rédito como su negocio de camiones aljibe que creó en 2010.
Dos empresas de transporte pertenecientes a Faúndez son las
proveedoras exclusivas de la intendencia para la distribución de agua potable
en la Región del Biobío: Transportes
y Logística Chile, constituida en agosto de 2010, y Empresas Antártida de Chile, creada
en mayo de 2012. En ambas figuran como propietarios Faúndez y su esposa.
Además de empresario, Germán Faúndez ha sido un activo dirigente gremial
ocupando cargos como presidente de la Federación
de Empresarios de Transporte de Carga por Carreteras y presidente de la Asociación de Dueños de Transportadores de
Contenedores de la Región del Biobío.
En los
últimos seis años, a través de sus dos empresas, Faúndez ha facturado a la
Intendencia del Biobío $23.242
millonespor el arriendo de sus camiones aljibe. Ese monto corresponde al
total de los fondos de emergencia por déficit hídrico traspasados por la
Subsecretaría del Interior a la intendencia regional entre 2010 y agosto de
2016.
A pesar que desde la Intendencia del Biobío fueron enfáticos en rechazar
que bajo la actual administración se hayan adjudicado a las empresas de Faúndez “contratos por el mecanismo de trato directo”, un informe
de Contraloría de noviembre de 2015 indica lo contrario. Allí se lee que desde
el 2010, “atendida la emergencia producida por la escasez hídrica”, las
adjudicaciones aTransportes y Logística Chile se han realizado “vía
trato directo” (ver
informe).
Lo
anterior está avalado por un oficio (N° 932) enviado por la propia intendencia
al órgano contralor en 2015. Cabe señalar que el “trato directo” es una fórmula
de contratación contemplada en la ley para casos excepcionales, como el de
emergencia hídrica, por ejemplo.
Desde la intendencia señalaron además, que “por
el hecho de no contar con disponibilidad presupuestaria al momento de ocurrido
el evento de emergencia, no es posible efectuar un llamado a licitación pública
o privada, por lo que se utiliza el procedimiento regulado en la Ley denominado
‘consulta al mercado’, como la única posibilidad de acceder a un servicio conveniente y
acorde a las necesidades de la institución, lo que permite la libre
concurrencia de los oferentes”.
CIPER revisó en el portal Mercado Público las siete consultas
realizadas por la Intendencia del Biobío en los años 2015 y 2016. En cada una
de ellas, la administración regional solicitócotizaciones de arriendo de camiones aljibe. Pese a
que en la Intendencia insistieron en que esas siete consultas al mercado
tuvieron como objetivo “buscar nuevos proveedores”, lo concreto es que todas
fueron respondidas por un solo interesado, el que adjuntó en cada consulta una
cotización por sus servicios: Germán Faúndez Fuentes (ver aquí
un ejemplo).
El consultor en compras del sector público, Roberto Salas, es
claro en señalar que una
consulta al mercado en ningún caso es un mecanismo diseñado para cotizar: “Son
consultas para saber cómo funciona una industria o las características de un
producto o servicio, por ejemplo, pero no para solicitar cotizaciones. Hay otra
herramienta en el sistema (Mercado Público) que sí está diseñada para cotizar,
lo que indica
que están ocupando mal el mecanismo”.
La autoridad regional insistió en que se han “explorado,
dentro de los marcos legales, todas las alternativas para buscar proveedores que
estén dispuestos a prestar el servicio de distribución de agua para consumo
humano”.
En los
papeles eso es efectivo. En septiembre de 2015 la Intendencia del Biobío
contrató a un nuevo proveedor de camiones aljibe: Antártida de Chile. Da la
casualidad que Antártida de Chile y Transportes y Logística tienen los mismos
dueños: Germán Faúndez y su esposa.
El alza
de costos en el arriendo de camiones aljibe entre 2013 y 2014 en la Región del
Biobío (de $3.533 millones a $6.562 millones) es otro de los puntos que
levantan dudas respecto de la administración y control de los fondos de
emergencia en esa región. Uno de los ejemplos que relevó CIPER de la
información entregada por la intendencia, es la comuna de Hualqui. Allí, Transportes y
Logística recibió $194
millones por
distribuir agua a 2.300
personas en 2013.
Al año siguiente, la empresa de Faúndez facturó $381 millones, aunque los beneficiados fueron
solo 637 personas.
En la comuna de Quirihue, la
misma empresa suministró agua potable a 1.750
personas en 2013y a otras 1.750
personas en 2014. Si en 2013 el empresario recibió $208 millones, en 2014
obtuvo $273
millones.
Las
diferencias de precios como las aquí descritas se repiten en varias otras
comunas de la Región del Biobío. La explicación desde la intendencia para cada
una de las incongruencias detectadas en los precios de los años 2013 y 2014 fue
la misma:
“Hasta antes del 2014, no existe un registro que nos permita
identificar quiénes eran y dónde estaban específicamente, dentro de cada
comuna, los afectados por déficit hídrico, puesto que los municipios solo
indicaban un número estimado de personas, situación que nos pareció irregular”.
La
conclusión que se desprende de esta respuesta es que nadie –ni intendencia ni
municipalidades– sabe a ciencia cierta cuántas personas recibieron
efectivamente suministro de agua potable de los camiones aljibe. Lo que sí
consta son los millones que recibieron las dos empresas de Germán Faúndez.
EL MAULE: MERCADO EN ALZA
En el Maule se han gastado $13.775
millones entre
2010 y 2016 (agosto) para abastecer de agua a sectores rurales de 26 de las 30
comunas de la región. A diferencia de lo que sucede en el Biobío, acá no es la
intendencia, sino las gobernaciones las que ejecutan los fondos de emergencia
para déficit hídrico transferidos por la Subsecretaría del Interior.
Los datos
reportados a CIPER por las gobernaciones de Cauquenes, Curicó, Talca y Linares,
registran a 37 proveedores prestando el servicio de distribución de agua
potable en la región desde 2010 a 2016.
El
proveedor que más se repite esTransportes y Servicios Mataquito, empresa
que ha facturado más de $1.628
millones. Le sigue Jorge
Devia Núñez,con casi $900
millones; Israel
Roa Antilef con $831 millones; la
empresaEco Sweep, con $781 millones yTransportes Verco, con $665
millones(ver
cuadro con los 10 proveedores con más adjudicaciones).
Si bien
en El Maule figuran más proveedores que en el Biobío, aquí también existen
varios ejemplos de millonarias diferencias en los precios que ofrece un mismo
proveedor por entregar exactamente el mismo servicio.
En la comuna de Parral, por
ejemplo, el proveedor Silvio
Vallejo Cancino –que se
ha adjudicado contratos en la región por $214
millones durante
el periodo (2010-2016)– repartió 5.220 m3 de agua en 2014 y por ello recibió $75,8 millones. Al año
siguiente, distribuyó 5.200 m3 de agua en la misma comuna (20 mil litros
menos que el año anterior), recibiendo $108
millones por sus
servicios. CIPER preguntó por esa alza de precio a la Gobernación de Linares,
la que al cierre de esta edición rectificó las cifras originales, aunque no
envió los documentos oficiales que prueban que efectivamente hubo un error de
digitación, como se argumentó.
De todas maneras, los nuevos datos entregados por la Gobernación
de Linares siguen abriendo interrogantes. Un solo ejemplo: en 2015 el proveedor Juan Vergara Henríquez –con adjudicaciones por más de $600 millones en el
periodo 2010-2016– repartió agua potable prácticamente todos los meses del año
en la comuna de Linares. El valor/día de sus servicios fluctúa entre $150 mil y $238 mil,
dependiendo del mes. En abril y octubre distribuyó la misma cantidad de agua
–220 mil litros–, pero facturó distinto: $3,9
millones y $5,2 millones respectivamente. Ambos contratos fueron
adjudicados con solo meses de diferencia y portrato directo.
CIPER consultó a tres funcionarios de gobierno, a nivel central y
regional, sobre la fluctuación de los costos de los proveedores en periodos de
emergencia hídrica. La respuesta, en sordina, apuntó a lo mismo: las emergencias, en general, traen aparejada
especulación de precios.
Linares no es la única comuna donde se registran diferencias
significativas de precios por la entrega del mismo servicio. La indagación de
CIPER también las detectó en las comunas de Curicó, Teno,Rauco, Hualañé y Constitución, entre
otras. La mayoría de las explicaciones entregadas por las gobernaciones
regionales del Maule apuntan a lo mismo: el origen está en “errores de
digitación” en la información oficial que entregaron ellos mismos a CIPER o se
trata de “procesos de adjudicación distintos”, con meses de diferencia, en los
que “siempre se privilegiaron las ofertas de menor valor”.
Para otras preguntas no hubo respuesta clarificadora. Se le
consultó a la Gobernación de Talca, por ejemplo, por qué en un mismo año (2014)
la Sociedad
de Transportes Verco pasó de cobrar por sus servicios de
distribución de agua potable en Constitución $261.000 por día a $476.000 por díapor el
transporte de la misma cantidad de agua (20 mil litros). La respuesta fue:
“La fecha de inicio de dicha adjudicación es el 10 de marzo de
2014, por tanto, corresponde
a la administración municipal y provincial anterior explicar el aumento de
costos de
$261.800 a $476.000 pesos diarios por la entrega de 20 mil litros”.
LA ARAUCANÍA: TRATO DIRECTO
La Araucanía (abarca 32 comunas) es otra de las regiones que está
bajo emergencia hídrica. Datos entregados por la Onemi y procesados por CIPER,
indican que es la segunda región en la que el Estado ha invertido más recursos
en la distribución de agua potable a la población vía camiones aljibe: $17.996 millones entre 2010 y agosto de 2016.
Son 30 las comunas de la región de La Araucanía que han sido
abastecidas de agua para consumo humano por camiones aljibe en ese periodo.
Debido a que en la información enviada a CIPER por la intendencia regional no
se identifican unidades de medida –días contratados o número de gente
beneficiada–, no es posible saber si las cuantiosas diferencias de precios
podrían corresponder a cobros excesivos e injustificados. Los datos muestran,
por ejemplo, cómo un proveedor repartió 15 mil litros de agua más de doce veces
en la comuna de Padre
Las Casas –entre
2013 y 2014– cobrando entre $3,2
millones y $12,8 millones.
En la
Región de la Araucanía es notoria la gran cantidad de adjudicaciones vía trato
directo a proveedores. La norma establece que el trato directo es un “mecanismo
excepcional de compra que implica la contratación de un solo proveedor previa
resolución fundada (…) solicitando un mínimo de tres cotizaciones para
contrataciones iguales o inferiores a 10 UTM, salvo las causales establecidas
en el artículo 10 del reglamento de la Ley 19.886”. Entre
esas causales, se consideran casos
de emergencia o imprevistos.
La torta de los casi $18
mil millones desembolsados
en esa región por el Estado entre 2010 y 2016 se la reparten 227 proveedores de camiones aljibe con los cuales la
intendencia regional ha firmado 2.950 convenios. De ellos, la mitad (1.464) han
sido adjudicados vía trato directo y suman$4.087 millones (ver
nómina de mayores proveedores).
Un
experto en compras públicas, que pidió reserva de su identidad, hace el punto
en que si bien la contratación por trato directo está permitida bajo causal de
emergencia, en la práctica no todas las emergencias responden a eventos
imprevistos: “La erupción de un volcán o un terremoto no es lo mismo que una
emergencia prolongada como la hídrica, que ya se extiende por varios años.
Cuando la emergencia responde a una constante, el presupuesto puede ejecutarse
de modo más eficiente y con una mayor planificación, sin tener que recurrir al
trato directo”.
Los proveedores de la Región de La Araucanía que más se han
adjudicado licitaciones de la intendencia por “trato directo” son: Luis Farías Cisternas, con $328
millones; Gustavo
Ketterer Figueroa, con $300 millones (si se
suman los contratos obtenidos vía licitación, es el principal proveedor de la
región con ingresos por más de $466
millones); Transportes
Hettich Limitada,con $202
millones; y Construcción,
Ingeniería, Inmobiliaria y Servicios Newen, con $170
millones.
El caos
estructural en el sistema de administración y ejecución de los fondos de
emergencia para déficit hídrico fue advertido hace unos meses por la propia
Subsecretaría del Interior. En agosto pasado, emitió un instructivo con los
nuevos procedimientos que a contar del 31 de marzo próximo –y de manera
perentoria– se pondrán en marcha para la solicitud y gasto de esos fondos
de emergencia a nivel nacional.
Respecto de la gestión y uso de esos dineros, en el mismo
documento se reconoce que se ha utilizado “una
diversidad de procedimientos administrativos, con escasos controles sobre el
gasto de los recursos económicos asociados”. Y se hace además un llamado a todas las intendencias y
gobernaciones a “implementar el mecanismo de contratación más adecuado, conforme a
la normativa vigente de compras públicas” (ver
oficio).
PETORCA: MERCADO INFORMAL
“Valores dispares entre lo que se cobraba”, fue la
frase que utilizó el intendente de Valparaíso, Gabriel Aldoney, al ser
consultado en febrero pasado por Biobío Chile respecto
de la existencia de un mercado informal del agua en Petorca, una de las comunas
más afectadas por la crisis hídrica. En ese mismo artículo, el propio seremi de
Obras Públicas de la región, Miguel Saavedra, reconoció que las diferencias de
precio que cobran los camiones aljibe datan de 2015. CIPER quiso ahondar en los
dichos de ambas autoridades de gobierno, pero declinaron referirse al tema.
El 28 de
octubre de 2016, CIPER solicitó a la Intendencia de Valparaíso la nómina de
proveedores, montos adjudicados y litros de agua repartidos por camiones aljibe
en las 38 comunas de la región entre 2010 y 2016. La petición fue derivada a
todas las gobernaciones provinciales. La respuesta de Petorca recién llegó el
20 de enero pasado y en ella se afirma que la gobernación “no
cuenta con el personal suficiente para responder adecuadamente toda la
solicitud, pues implica distraer indebidamente a los funcionarios del
cumplimiento regular de sus labores habituales”, por lo
que denegó parcialmente la información.
Sí
adjuntó una nómina con las contrataciones efectuadas durante 2015 y 2016. Pero
la información es ininteligible: no solo está incompleta (sin claridad sobre
fechas, ni proveedores), además fragmentada.
A pesar de que la Subsecretaría del Interior ha transferido a la
Quinta Región casi $12
mil millonespara el arriendo de camiones aljibe en los últimos seis años,
recursos que en su mayoría han ido aPetorca, en esa gobernación no
hay registro actualizado ni en orden de la ejecución y rendición de esos
fondos.
A solo
días del cierre de esta investigación –y después de que CIPER hiciera ver los
reparos por la calidad de los datos entregados– la gobernación envió una nueva
planilla con información de 2014, 2015 y 2016. No hubo ni un solo dato sobre
los años anteriores (2010-2013).
De acuerdo a esta última información, entre 2014 y 2016 se han
gastado $6.927
millones en el
arriendo de camiones aljibe para las comunas de Petorca, Cabildo, La Ligua y
Zapallar. En la nómina de pagos figuran 17 proveedores, tres de ellos con
montos superiores a los mil
millones de pesos en adjudicaciones (ver
cuadro de proveedores).
Aquí
también aparecen inconsistencias en los montos facturados. En 2015, por
ejemplo, Marcelo
Navarro Olivaresdistribuyó 20.480
m3 de agua en la
Ligua y por ello cobró $209
millones. Al año siguiente, el mismo proveedor repartió22.410
m3 (2 millones de litros más), pero facturó casi
un tercio: $79
millones. En la misma comuna, este año, Renato Torres Rodríguez distribuyó 10.240 m3 de agua con un
costo de $67
millones. En 2015, la Sociedad
de Inversiones
BFJ, entregó en La Ligua solo 440
m3 más de agua que su competidor (10.680 m3),
recibiendo más del doble ($160 millones).
La explicación que dio la Gobernación de Petorca fue: “La
variación en los precios responde principalmente a la distancia que deben recorrer
los camiones desde la fuente de abastecimiento hasta el sistema de agua
potable, lo que incluso podría estar en diferente comuna”.
Actualmente, se encuentra en segundo trámite constitucional en el
Congreso, un proyecto de ley que modifica el Código
de Aguas de 1981, y que busca asegurar una mayor equidad en el acceso de la
población al agua potable.
Corregir
las inequidades no será fácil: el código redactado en dictadura entregó a los
privados el dominio a perpetuidad del recurso y al mercado la tarea de
asignarlo. Y ello a pesar de que es ampliamente conocido que las transacciones
de agua alcanzan valores millonarios en el mercado paralelo.
El
proyecto de ley busca establecer nuevas restricciones en el uso de los derechos
de agua que podrían, ahora, ser entregados bajo la modalidad de concesión y,
por tanto, ser recuperados por el Estado. Pero, según estimaciones oficiales,
el 90% de los derechos de agua en el país ya fue entregado a empresas y
personas naturales. Solo resta un 10% en manos del Estado y la nueva ley solo
entraría a regular ese exiguo margen.
FUENTE: http://ciperchile.cl/?p=66633





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